sábado, 11 de diciembre de 2010

Cielo gris

A veces el cielo es amarillo, y hasta el sol parece necesitar esas gafas que tantas veces le pusimos al dibujar paisajes.
Pero en otras ocasiones todo se oscurece, y el mismo que antes atraía por su esplendor casi dorado se vuelve plomizo y gris. Da la sensación de que esa gran nube que lo cubre todo está esperando vernos desprotejidos para descargar toda su furia sobre nosotros.
Es entonces cuando busco un resquicio de luz, una esquinita a la que agarrarme para no verme aplastada por ese plomo tan pesado.