lunes, 27 de julio de 2015

He encontrado el mejor sitio para vivir y para morir.
Cuando encuentres el tuyo, no dejes que nada te lo arrebate. Defiéndelo con uñas y dientes. No lo abandones con una excusa idiota. Sólo hay un lugar así para ti, y si lo pierdes quizá no lo vuelvas a encontrar.

Yo he redescubierto el mío. A escasos metros de donde escribo hay una mujer, un portento de mujer, muriendo. Es una tristeza y una alegría a la vez. Cada aliento es un regalo. Cuando su respiración es más lenta se me encoje el corazón.
Se muere exprimida como un limón. O mejor, como una naranja dulce que da buen zumo.
A todas les ha enseñado algo. Yo no la conocí hasta hace tres semanas, cuando el cáncer ya no le dejaba hilar las ideas.
Pero me está enseñando una de las cosas más importantes de la vida: cómo hay que morir.

He encontrado el mejor sitio para vivir.

Ahora he descubierto que es, sobre todo, el mejor lugar para morir.

domingo, 3 de mayo de 2015

Nada

Si hubiera podido elegir, la habría querido como es.

Bajita, con un diente torcido, con sus patas de gallo.
Para poder abrazarla fuerte. Para ver esa sonrisa. Esa sonrisa que le llega a los ojos.

Si hubiera podido elegir, no le habría cambiado nada.

"Mi madre es el verso
que nunca escribí"


(Sevillana. Paco Coria, Juan Díaz)

sábado, 28 de marzo de 2015

Querría

Querría poder estar en Francia. Querría poder abrazar a la madre de Andreas Lubitz.

Un abrazo de esos largos, que hacen descansar, dejar por un momento una carga pesada en los hombros de otro. Y ser yo ese otro.
Querría poder consolar a unos padres que quizá ya no se pregunten por qué murió su hijo, sino qué es lo que ellos hicieron mal.
Querría abrazar a una madre que oye cómo los amigos de su hijo dicen que era un apasionado de los aviones y a las pocas horas defienden que estaba obsesionado con volar.
Querría consolar a una madre a quien ya nadie consuela. Abrazar a un padre que no puede llorar porque tiene que responder a las preguntas de la policía.
Querría poder consolar a una madre que no tiene consuelo. Abrazar a unos padres que saben que todo el mundo ha visto cómo la policía desvalija su casa.
Querría poder arreglar unos corazones que se rompen cada vez que ven la imagen de su hijo sonriente ante el Golden Gate.
Querría consolar a una madre que no sabe cómo consolar a 149 madres.