jueves, 4 de junio de 2009

Normalidad

Hoy ha salido el sol. Y cantaban los pájaros. Y el río seguía igual (de sucio).
Y me he mirado al espejo y sigo igual. Al volver de clase, por el puerto, soplaba la brisa. Me han llamado desde la patria chica.
He terminado el día agotada. Como cualquiera.
Pienso que el milagro más grande de nuestra vida es, precisamente, la normalidad de cada día. Y eso no significa rutina.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si, hija, sí, a eso estamos, o como dijo un santo:
Este es nuestro destino en la Tierra:
Luchar por Amor hasta el último instante: Deo Gratias!
Y eso es bastante menos burgués y alienante que escalar ochomiles.
La aventura, o la llevas en la mochila o va a ser dificil que te la encuentres en el camino.
Y en eso andamos algunos ¿Millones? de Enamorados. Hay que vivillo

Isa dijo...

Efectivamente, bastante milagro es que cada día nos podamos levantar...
Cada día puede ser distinto al otro aunque aparentemente sea igual, todo depende de con el amor de Dios con el que hagamos las cosas.
Yo también acabo agotada cada día y preguntándome cómo sobreviviré el día siguiente...