martes, 1 de abril de 2008

Palabras pintadas

¡Mira!¡Mira! En la blanca pared
apareció una mano humana,
que escribió y escribió en la blanca pared
letras de fuego antes de desaparecer

(Heinrich Heine, Baltasar)

Parece que existe una necesidad, universal diría yo, de decir lo que sentimos. Y también parece universal la necesidad de grabarlo sobre piedra, de que lo que decimos no muera en el aire. En vez de "dígaselo con flores", debería ser "escríbaselo en un muro". Y si no, vayan a Altamira.
Hay varios tipos de escritores callejeros que provocan -al menos en mí-, diferentes sentimientos: el que escribe un nombre, siempre el mismo, compulsivamente; en distintos tipos y colores, pero siempre el mismo. Ése me da pena, si es que el nombre que escribe es el suyo, porque no tiene nadie en quien pensar más que en sí mismo. Pero quizá el nombre que escribe es el de otra persona, que le roba el sueño, la voluntad y hasta la cordura; si es así, es emocionante.
Luego está el que quiere hacer la vida agradable a los demás; ¿o qué otro sentido puede tener escribir la palabra "cachivache" en una pared? Es alguien que descubrió una palabra bonita, incluso graciosa, y quiere que el que tenga tiempo para mirar por la ventanilla del autobús, se entretenga recordando todas las palabras que alguna vez le hicieron sonreír.
Pero la pintada que más me gusta es diferente: está en la calle donde vivo, y ahora es un secreto, porque han intentado borrarla. No tiene nombres, ni firma. Son sólo dos palabras que hablan por sí mismas, que dicen algo muy grande.
Cada vez que paso por allí sonrío, porque siempre me parecieron escritas para mí. El primer día que lo leí me impactó, quizá porque era lo que necesitaba.
Y pienso en quien lo escribió; en si sabrá algún día lo que escribo yo sobre sus dos palabras; en si habrá cumplido su promesa.

1 comentario:

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

... ¡cuánta luz refulge en tus palabras...!¡ Y sin estar escritas en una pared...! pero asintiendo al presagio de aquellas que permanecen en el secreto que no compartes.

Ya es nuestro secreto, pues aunque desconozca el lugar, su espíritu, el de las dos palabras, germina como la semilla que en ti ya florece como este hermoso pasaje vivencial que describes

Ha sido un placer pasear por tu Cuaderno y disfrutar con tantos mundos. Te invito a recorrer el mío, Perlas de Lluvia:

http://pedroluisibanezlerida.blogspot.com/

Un saludo afectuoso de paz, poesía y libertad.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.